En nuestros primeros años de andadura nos hemos encontrado con momentos muy difíciles y delicados, donde nos vimos obligados a pedir ayuda internacional, teniendo que trasladar a los burros que necesitaban mayores cuidados desde Galicia, para poder ser rehabilitados.
Gracias a la única ayuda que llegaba desde Inglaterra, fue posible que en los años 2005 y 2006, veintitrés burros abandonados en el rural, rescatados por la Asociación ANDREA, salieran de Galicia en dos trailers, para poder seguir un programa de rehabilitación especial, ante la pasividad en aquel momento de las administraciones locales y Autonómicas.
Hoy en día después de años de esfuerzo y trabajo compartido, las cosas han cambiado. Han llegado los reconocimientos tanto de la comunidad internacional como de algunas Universidades Estatales a nuestro trabajo, así como la colaboración de la Administración Local y Autonómica subvencionando la creación del Centro de Terapia Asistida con Burros para Colectivos en Desventaja Física, Psíquica y Social. Tristemente todavía queda mucho trabajo de concienciación y sensibilización referente a la desesperada situación de abandono social y político que están padeciendo nuestros entrañables amigos de largas orejas.
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